Ya torcieron los cabrones.
A ver, compense.
¡Hola!
¿Quién chingados habla?
Oiga, compas chino, ya nos torcieron.
Ya nos cargó la chingada.
Ya ves, güey, fue por tu culpa.
Que chingue a su madre nadie,
el que se agüite tampoco.
Que chingue a su madre nadie,
el que se agüite tampoco.
Porque al que le gusta el gusto,
le gusta y pues ya ni modo.
¡Hey,
culos! Mátenme a pedos,
que quiero morir jediondo.
Estábamos periqueando a las tres de la mañana.
Cuando suena el celular,
ya nos cargó la chingada.
Nos torcieron a dos coras y a dos cochos de pasada.
Eran 400 libras, era una carga pesada.
Y creen que ya nos chingaron,
nos van a dar tres peladas.
Si nos torcen con un poco,
les pasamos toneladas.
¡Y un saludo para mi copa al plebe!
¡Les voy a ir tirando culiacán si nos ocupan!
Cuando andas en el negocio,
te la tienes que rifar.
Si te torcen por un lado,
por otro hay que dobletear.
Como el negocio es pesado,
nadie nos puede parar.
Cuando hacemos las reuniones con pura gente importante.
Hablamos de los negocios,
hasta donde el cuerpo aguante.
Planeamos bastantes business,
chingón si se hemos de amarle.
Que no nos falten las chelas,
también una de bucana.
Perico y también mujeres,
luego empezar la parranda.
Para celebrar el business,
que nos da bastante lana.